En
este artículo se aborda el problema de los ambientes de
aprendizaje desde una revisión bibliográfica con miras a
contribuir a la delimitación conceptual del problema, sin
pretender convertirse en una revisión exhaustiva. No obstante
que las transformaciones de la cultura contemporánea han puesto
en cuestión el monopolio que ha ejercido la escuela sobre lo
educativo, ella sigue siendo uno de los ambientes de aprendizaje
más importantes en las sociedades actuales, de allí que sea
necesario repensar ambientes como el aula desde perspectivas diversas
y complejas que no reduzcan el problema a una sola de sus
dimensiones. Entre estas perspectivas se tratan los ambientes
de aprendizaje desde lo lúdico, lo estético y el problema de
las nuevas mediaciones tecnológicas, para señalar ejes sobre
los cuales debe girar una reflexión más profunda sobre la
educación contemporánea, si se quieren superar posturas
instrumentalistas, transmisionistas y disciplinarias en las
aulas escolares.
Palabras claves: ambientes de aprendizaje, escuela, estética social, actividades lúdicas, cibercultura.
Son varias las
disciplinas relacionadas de alguna manera con el concepto de
ambientes de aprendizaje, también llamados ambientes
educativos, términos que se utilizan indistintamente para
aludir a un mismo objeto de estudio. Desde la perspectiva
ambiental de la educación, de la ecológica, de la psicológica,
de la sistémica en teoría del currículo, así como enfoques
propios de la etología y la proxémica, entre otros, se ha
contribuido a delimitar este concepto, que actualmente demanda
ser reflexionado dada la proliferación de ambientes educativos
en la sociedad contemporánea y que no son propiamente escolares.
Conceptualizar
los ambientes educativos desde la interdisciplinariedad
enriquece y hace más complejas las interpretaciones que sobre
el tema puedan construirse, abre posibilidades cautivantes de
estudio, aporta nuevas unidades de análisis para el tratamiento
de problemas escolares y, sobre todo, ofrece un marco
conceptual con el cual comprender mejor el fenómeno educativo, y
de ahí poder intervenirlos con mayor pertinencia.
En
la contemporaneidad la escuela ha perdido presencia en la
formación y socialización de los jóvenes, y cohabita con otras
instancias comunitarias y culturales que contribuyen a ello,
como los grupos urbanos de pares y los medios de comunicación.
En correspondencia con ello, las grandes transformaciones de la
educación en los últimos años suponen el establecimiento de
nuevas modalidades y estrategias de formación y socialización,
que le confieren a la Pedagogía un claro sentido social que
rebasa los escenarios escolares, dirigiéndose a la atención de
problemas asociados con la exclusión, los conflictos
socioeducativos y el desarrollo humano de los sujetos y las
comunidades, en escenarios que no son necesariamente escolares.
La
emergencia histórica de "nuevos" escenarios para la Pedagogía,
sobrepasando los tradicionales linderos escolares que la
monopolizaban, se remonta a los años sesenta en Latinoamérica
con las experiencias educativas lideradas por comunidades e
instituciones, con ideales liberacionistas en contextos de
marginación, explotación económica y dominación política (Giroux 1997).
Debido
a la reconfiguración cultural que ha sufrido la educación en
la actualidad, se viene reconociendo una "generalización" de lo
educativo en diferentes escenarios y procesos culturales, de
modo que pensadores como Regis Debray señalan que la cultura
contiene un "segmento pedagógico" (Debray 1997).
Este señalamiento es bien importante, pues evidencia el
declive de la hegemonía de la institución escolar en las
sociedades contemporáneas, donde los significados de la
Pedagogía se habían restringido a lo escolar, olvidándose sus
significados complejos y polisémicos referidos a su sentido
social y a prácticas sociales históricas muy diversas que le
eran propias. Este fenómeno que toma forma en la actualidad
recuerda que antes de existir la forma "escuela", las
sociedades aprendían y se socializaban por medio de otras agencias
culturales, como la familia, las cofradías, los gremios de artesanos
donde se transmitía el saber de los oficios a las nuevas
generaciones, la comunidad local con sus tradiciones y la
parroquial, entre otras.
Igualmente,
la educación se halla "descentrada" de sus viejos escenarios
como la escuela, y sus prácticas, actores y modalidades han
mutado y traspasado sus muros para extender su función
formativa y socializadora a otros ambientes, como la ciudad y
las redes informáticas, a sujetos que no son necesariamente
infantes, sino también adultos, y mediando otras narrativas y
saberes que escapan a la racionalidad ilustrada centrada en el
discurso racionalista del maestro y en el libro, vehículo
cultural por excelencia desde la Ilustración.
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