Con el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información
y la comunicación se hizo posible un intenso intercambio de ideas, experiencias
y conocimientos entre millones de seres humanos. La educación de la población
mundial es una compleja y costosísima tarea para las instituciones de
este sector. La educación a distancia constituye una alternativa para
enfrentar este enorme problema. Se realiza una revisión de la literatura
para determinar sus antecedentes, estado actual, así como la influencia
de las llamadas nuevas tecnologías para su implementación.
Las diferencias económicas existentes actualmente en la mayoría
de los países del mundo limitan las posibilidades de desarrollo científico,
técnico, cultural y espiritual entre los distintos grupos humanos en
el seno de la sociedad. Se requiere, por lo tanto, de un esfuerzo especial,
si se aspira a la realización plena y multifacética del ser humano.
Es en este contexto que se vislumbra la educación a distancia como una
posibilidad real y eficaz para mejorar la transferencia de información
y el aprendizaje de los individuos a bajo costo.
La educación a distancia reduce, con eficacia, los obstáculos
que representan el tiempo y el espacio; en ella, se recurre a métodos,
técnicas y recursos que elevan la productividad y la flexibilidad del
proceso de enseñanza-aprendizaje. La utilización de tecnologías
como la radio, la televisión, el video, la audiocinta, los sistemas informáticos
de complejidad variable y los softwares interactivos, entre otros, constituyen
nuevas muestras de la vigencia y procedencia de los principios que sustentan
la educación para todos, el aprender a aprender, la enseñanza-aprendizaje
personalizada, la imprescindible educación para toda la vida que, en
definitiva, contribuyen a materializar, de manera concreta y efectiva, la educación
permanente o continua.1
La escuela de medicina cubana está llamada a expandirse, si se quiere
de manera ilimitada, en un formato imperativo de universidad virtual. Sus profesionales
no desarrollan una práctica profesional restringida al área geográfica
insular sino que se proyectan a cualquier parte del orbe. Deviene entonces en
una "cuasi" obligación la formación masiva y de calidad
de dichos profesionales. La inmediatez requerida y el impacto reconocido de
las innovaciones tecnológicas, como el satélite, la simulación,
las multimedias, las redes electrónicas, los nuevos medios de generación
y transmisión visual, gráfica y documental para el uso del lenguaje
extraverbal, entre otras, estimulan poderosamente la implementación de
sistemas y programas de educación a distancia en diferentes sectores,
entre ellos, la salud. Es necesario promover una manera diferente de transferir
el conocimiento biomédico y todo parece indicar que el camino más
idóneo es la educación a distancia, capaz de eliminar el estilo
tradicional de "la clase frontera" y de incentivar, al mismo tiempo,
el empleo de métodos innovadores que favorezcan un mayor protagonismo
de los alumnos en su propio aprendizaje.2
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