La personas que llegan a convertise en directivos son aquellos que
comprenden por intinto que gestionar no consiste solamente en una serie
de tareas macánicas sino en un conjunto de interacciones humanas.
Los
directivos deben considerarse privilegiado por que su función de
gestión es una actividad sumamente humana, que más allá de sus estudios
nos interesa su forma de ser en relación con las personas.
Su
gran tarea de gestión esta dada por su imaginación creadora , visión y
la integridad , lo que en gestión significa ser responsable, comunicarse
con claridad y coherencia, cumplir las promesas y respetar a todas las
personas por su condición humana.
Una gestión más humana es la
nueva tendencia en la administración de la educación actual es el tema
central del presente trabajo. A lo largo del texto, se hace referencia a
algunos temas que hemos desarrollado anteriormente sobre la experiencia
en los centros educativos y la administración escolar para
reescribirlos con una visión histórica, en el contexto de la nueva
realidad económica y política nacional e internacional.
Desde el
punto de vista conceptual, esta reflexión sobre la gestión de la
educación se inscribe en el movimiento teórico de las ciencias sociales y
se inserta en el curso del desarrollo histórico de nuestro país
examinado en el contexto de sus relaciones nacionales e internacionales.
En ese sentido, partimos de la premisa que los problemas y desafíos que
los países de América Latina enfrentan hoy en la práctica de la
educación y en su administración se comprenden a medida que se examinan
en el contexto de las fuerzas económicas, políticas y culturales en el
interior de cada nación y en el ámbito de sus relaciones de
interdependencia internacional. Sin embargo, dentro de ese conjunto de
interrelaciones, se afirma la tesis de que la gestión de la educación
tiene su propio cuerpo de conocimientos y prácticas sociales,
históricamente construidas en función de la misión específica de las
instituciones de enseñanza en la sociedad. En ese sentido, es posible
definir la especificidad de la administración de la educación como campo
teórico y praxiológico en función de la peculiar naturaleza de la
educación como práctica política y cultural comprometida con la
promoción de los valores éticos que orientan el pleno ejercicio de la
ciudadanía en la sociedad democrática.
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